Santo Domingo.- Helados Bon presentó este martes a Lengüiletta, la primera paleta del mercado con movimiento y con el color simulando a una lengua, lo cual hará más divertida e innovadora la experiencia del consumidor de helados.
El lanzamiento se llevó a cabo en el marco de una degustación celebrada en la nueva sucursal de Helados Bon en el Centro Comercial Galería 360, con la asistencia de ejecutivos de esa empresa, del grupo Nutresa, colaboradores, medios de comunicación y decenas de niños.
Intervinieron Roberto Caraballo, gerente de categoría de Helados Bon, quién ofreció la bienvenida a los presentes; y Lía Germán Moreno, coordinadora de categoría de productos, describió la características de la nueva Lengüiletta.
Participaron además, Luis Fernando Enciso, gerente general de Helados Bon; Roberto Caraballo, gerente de categoría; José Fernández, gerente de recursos humanos, entre otros.
Lía German destacó que “Lengüiletta está dirigida a niños de edades entre 7 a 12 años y a todo el que busque diversión a través de un producto innovador y delicioso”.
La coordinadora de categoría de productos explicó que Lengüiletta está elaborada con frutos rojos con vitamina “C”, ideal también para las meriendas y para refrescarse en este verano.
Germán precisó que estará disponible todo el año, por el módico precio de 20 pesos, en las heladerías de Bon distribuidas en toda la geografía nacional, en los frezeers de los establecimientos comerciales, en los carritos móviles y guaguas dispensadoras.
Por último, expresó que “estamos seguros que este producto despertará la curiosidad de los más pequeñitos de la casa, y reiteramos el compromiso de nuestra marca con continuar llevando tradición, confianza y calidad a los dominicanos”.
Sobre Helados Bon
La primera Heladería Bon fue abierta en mayo de 1972, en la esquina conformada por las calles Espaillat y el Conde, esta vía era considera en ese entonces como el principal centro comercial de Santo Domingo.
Su fundador, el ex candidato presidencial de la República, don Alfonso Moreno Martínez, era pionero en este campo y había adquirido bastante experiencia con la venta informal de helados en su ciudad natal, San Francisco de Macorís, en los años 50.
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